20110316

RESOLUTIVO MESA I



Se comentaron 7 ponencias y se acordó elaborar los resolutivos sobre la base de los consensos, los cuales se exponen a continuación:

El PAN y el PRD entregaron el 18 de marzo y el 20 de abril de 2010 respectivamente a la Cámara de diputados iniciativas de ley que reforman numerosos artículos de la Ley Federal del Trabajo. El PRI se limitó por una parte a hacer declaraciones y por otra a filtrar meses después (noviembre aprox.) una propuesta de iniciativa carente de firmas de legisladores .

En estricta concordancia con los lineamientos neoliberales los textos presentados plantean con diversos matices la legalización de la flexibilidad, la productividad, la polivalencia y el sexismo como ejes de las relaciones laborales. A pesar de no incluir la totalidad de las modificaciones contempladas en la iniciativa de ley presentada conjuntamente por el PAN, el PRI y el Verde ecologista (Ley Abascal) en enero de 2003, reproducen su contenido esencial con algunos agregados, precisiones y reubicación de contenidos.

Dichos proyectos de contrarreforma proclaman la necesidad de restablecer el poder omnímodo de los empresarios sobre los trabajadores permitiendo la elevación de la “productividad” en beneficio exclusivo del patrón y adicionalmente a efecto de tener competitividad hacia el exterior, más aún ahora que las potencias asiáticas amenazan con tragarse hasta el último mercado existente. Se proponen suprimir la estabilidad en el empleo, individualizar las relaciones laborales, facilitar los despidos, imponer los contratos y el pago por horas, hacer imposible legalmente la formación de sindicatos, cancelar la lucha por la titularidad de contratos colectivos, y desmantelar las Instituciones Gubernamentales (IMSS, ISSSTE, INFONAVIT) encargadas de proporcionar la seguridad y bienestar social así como las leyes que protegen los derechos de la clase trabajadora. Para así cumplir los compromisos adquiridos con los que manejan y rigen nuestra economía desde el exterior (FMI y BM) favoreciendo al sector capitalista en la acumulación de la riqueza en unas cuantas manos y dejando una estela de mayor pobreza en la población mas vulnerable. De hecho La feroz ofensiva lanzada contra electricistas, mineros y trabajadores de mexicana de aviación, así como las contrarreformas de la Ley General de Educación, prefiguran el contenido destructivo de la contrarreforma laboral presentada el pasado 18 de marzo, por iniciativa de la fracción parlamentaria del PAN. Con ella se pretende imponer sin límites la voluntad de los patrones, en primer lugar de las empresas imperialistas y anular el carácter tutelar del derecho laboral que tiene la actual Ley Federal del Trabajo (LFT) que fue creada para la protección de las y los trabajadores, con el fin de que hubiera un equilibrio entre el Capital y el Trabajo.

Las exigencias neoliberales para esta contrarreforma, que en términos esenciales han sido impuestas de facto por las principales organizaciones patronales del país son: la diversificación en las modalidades de la contratación; extensión de los trabajadores de confianza sobre los de base; la polivalencia respecto a las funciones a realizar; la ampliación o reducción de la jornada de trabajo conforme las necesidades de la producción; los incentivos o bonos de producción; minimización de la función negociadora de los sindicatos; reducción de los salarios; supresión de los contratos colectivos de trabajo y la huelga y, por tanto la distorsión de las funciones de las asociaciones sindicales, uso intensivo del Estado, en sus funciones tanto administrativas como represivas, para impedir la democratización de los sindicatos; movilidad funcional y geográfica de los trabajadores; contratos por hora o jornada reducida; salario por hora; acreditación previa de la voluntad mayoritaria en apoyo a la huelga en base al voto secreto; separación entre lo sindical y lo político; debilitamiento del contrato ley; ascensos con base a la productividad y capacitación y ya no a la antigüedad; la no intervención del Estado en materia de capacitación y de seguridad e higiene; revisión a fondo de las disposiciones procesales con el objeto, entre otras, de suprimir las disposiciones que fijan la carga de la prueba básicamente como obligación patronal, las que señalaban el carácter injustificado del despido cuando el patrón omite el aviso de despido al trabajador(a), limitar la responsabilidad patronal en materia de salarios caídos y suprimir la suplencia de la demanda, entre otras. Todas estas propuestas que aniquilan los derechos que los trabajadores han logrado en prolongadas etapas de lucha, son la realización práctica de los ejes teóricos laborales del neoliberalismo: flexibilización, productividad, polivalencia y movilidad.

Medidas neoliberales que han obstaculizado el desarrollo económico y despojado del bienestar a los trabajadores; lo único que sí han logrado a la perfección es hacer a los ricos más ricos, sobre todo a los dueños de las trasnacionales.

Sobre tan aberrantes hechos consumados, ahora se exige que la LFT se adecué a la realidad que se le opone, es decir, a un estado de cosas que se impuso en franco atentado a nuestro estado de derecho y los legítimos intereses de la clase trabajadora.

Las iniciativas de contrarreforma impactan directamente la estabilidad en el empleo; la contratación a través de terciarias, las ahora llamadas “Outsorsings”; legaliza la Contratación temporal e individual, a prueba por treinta días, noventa y ciento ochenta días, por capacitación; elimina la contratación colectiva y el derecho a la organización y libertad sindical (C 87- OIT) (C 98- OIT); el salario que de por sí no es justo ni remunerador, ahora seria salario fraccionado, pago por horas; prestaciones, vacaciones, aguinaldo, utilidades, derecho a la seguridad social como incapacidad por maternidad, enfermedad general, riesgo de trabajo, enfermedades laborales, guarderías IMSS e Infonavit; la antigüedad, el derecho a una pensión aunque fuera raquítica; elimina el escalafón ciego. Venden la idea de que puedes tener más empleos en diferentes empresas y ser más productiva(o) que debes ser polivalente, y competitivo con tus compañeras(os) de trabajo en la espiral continua de la productividad y calidad para ganar algún bono que vaya supliendo los salarios; eliminan la contratación colectiva (CCT y CGT) e implantan la contratación individual, los contratos por horas y por tres días a la semana. Ésto golpea mayormente a las mujeres trabajadoras en la estabilidad en el empleo y el salario. Ya que los patrones siempre despiden más al personal femenino por tener más obligaciones domésticas, laborales y familiares, como cuidar de los padres, hijos y esposo si lo hay.

A tamaña pretensión debe oponerse nuestra realidad histórica y nuestra realidad como país. La primera nos muestra que el Derecho del Trabajo fue producto de una lucha heroica y sangrienta de los trabajadores, culminando en una revolución que costó la vida de más de un millón de mexicanos, raíz directa de la primera declaración de derechos sociales en el mundo, uno de los corazones de nuestra constitución de 1917: el artículo 123 Constitucional. Posteriormente la lucha continúa ahora para hacer realidad lo declarado en tal artículo 123 de la Constitución, hasta llegar a la Ley Federal del Trabajo de 1970, que claramente señala que el trabajo no es una mercancía, que se debe preservar la dignidad del trabajador, que debe existir una igualdad de derechos frente a un trabajo igual, que apela a la inoperatividad de las disposiciones del trabajo frente a la mentirosa autonomía de voluntades pregonada por el Derecho Civil, que establece que la relación de trabajo no es un mero cambio patrimonial, sino que en esencia es un derecho humanista que tiende a la satisfacción de las necesidades y al desarrollo de la persona que entrega su esfuerzo para la subsistencia de la sociedad, que se opone a las jornadas excesivas que atentan contra la salud de las trabajadoras y los trabajadores, que sostiene como principios esenciales los relativos a la estabilidad en el trabajo y la irrenunciabilidad de los derechos, que pese a sus distorsiones corporativistas impulsa los derechos de sindicalización, contratación colectiva y huelga.

Sin duda hoy más que en otros momentos se vuelve fundamental la participación de nosotras las mujeres sindicalistas. Debemos de poner un alto a esas políticas de simulación de equidad de género o de protección a la mujer que lejos de representar lo que se dice se engañan, lesionan, lastiman y violentan los derechos fundamentales que con tanto trabajo y esfuerzo conquistaron las mujeres que nos precedieron. Las iniciativas de ley laboral legitiman las prácticas que violan la ley vigente por lo que representan una total regresión y violación de los derechos consagrados en nuestra Carta magna y también de los diversos convenios suscritos por el Estado mexicano con la Organización Internacional del Trabajo.

En nuestro país la intervención del Estado para impedir los excesos del capital supervisando el estricto cumplimiento del marco jurídico laboral es una tarea ineludible de justicia Social.

Acordamos por lo tanto lo siguiente:
• Rechazar las iniciativas de reforma a la Ley Federal del Trabajo.
• Fomentar una mayor capacitación política-sindical de las mujeres sindicalistas.
• Formar un comité de trabajo integrado por mujeres sindicalistas de diversas organizaciones sindicales para que presente ante los sindicatos el análisis y las conclusiones del por qué no estamos de acuerdo con las iniciativas de contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo.
• Convocar a la movilización nacional unitaria por el retiro de las iniciativas de contrarreforma laboral.

La pretensión de desmantelar al artículo 123 Constitucional y la Ley Federal del Trabajo no ha sido tan fácil como los neoliberales lo imaginaban, han sido veinte años de resistencia por parte de las trabajadoras y los trabajadores. ¡¡La lucha sigue!!

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