20110316

Las Mujeres en defensa de los Sindicatos como herramientas para obtener mejoras laborales

María Velazquez.€

Las mujeres nos hemos incorporado al mercado laboral vendiendo nuestra fuerza de trabajo desde los albores del capitalismo y también desde entonces las mujeres hemos venido luchando por hacernos un lugar dentro de la sociedad capitalista como personas y como trabajadoras luchando por nuestros derechos y por lo tanto hemos participados en los sindicatos. Sin embargo la participación de la mujer en los sindicatos no ha sido del todo exitosa pues hay factores que la limitan.

La mujer se ve sometida a una serie de exclusiones tanto en el ámbito social como laboral. Podemos mencionar algunos. Falta de preparación académica, una doble jornada de trabajo, prejuicios de orden moral, carencia de espacios para descargar las labores domésticas, carencia de prestaciones, dificultad de las mujeres jóvenes para encontrar empleo. Además de la organización sindical en donde predominan los dirigentes masculinos, relegando la participación femenina a tareas de carácter social y no de dirigencia.

La burguesía pretende por todos los medios desarticular y desaparecer los sindicatos, éstos no son un regalo de la burguesía son resultado de una larga lucha por defenderse de la explotación. La participación de las mujeres en los sindicatos debe aumentar y no sólo como base sino también como dirigencia pues de esta forma sólo se podrá luchar por derechos que atañen a las mujeres como salarios iguales a trabajos iguales en relación con los hombres, servicios médicos de calidad, vacaciones pagadas por maternidad, tiempos de lactancia, permisos para acudir a reuniones escolares y atender enfermedades de los hijos, guarderías de calidad, comedores y lavanderías en los centros de trabajo, entre otras. Una democracia real en donde los puestos sindicales sean totalmente revocables.

Nuestro trabajo debe darse también al lado de los compañeros trabajadores. A la burguesía le conviene que la clase trabajadora esté divida para poder seguir explotando la fuerza de trabajo tanto de hombres como mujeres. El capitalismo nos reúne en los centros de trabajo, de ese modo el trabajo productivo se socializa, pero el trabajo doméstico sigue siendo individual por tal motivo debemos pugnar porque este también se socialice, pugnar porque se reduzcan las jornadas de trabajo, pero no permitir que se flexibilicen los horarios. Ni se hagan contratos por meses, por días, por horas o por capacitación, pues esto no permite que tengamos derechos y exime a empresas y gobiernos del otorgamiento de prestaciones.

Debemos dar la batalla al lado de los compañeros para no permitir que la burguesía derrote a los sindicatos, herramienta natural de los trabajadores para luchar por la defensa de sus intereses de clase, esto sólo nos dividen y la burguesía es la que aprovecha obteniendo ganancias millonarias y concentrándolas en unas cuantas manos. Demos una lucha no sólo de género sino de clase social, porque hombres y mujeres trabajadores no somos enemigos, hombres y mujeres pertenecemos a la clase trabajadora y sólo la clase trabajadora organizada y preparada tiene el poder para derrocar a la burguesía y darle el triunfo a un estado de trabajadores en donde la riqueza que producimos los trabajadores sea repartida en beneficio social. Sólo cuando la clase trabajadora se emancipe de la explotación capitalista también las mujeres quedaremos emancipadas y seremos dueñas de nuestro destino.

Debemos invadir los sindicatos no sólo con flores y tazas de café sino con nuestra presencia combativa, democrática, solidaria y socializadora para que vayamos construyendo una sociedad equitativa y justa.

“El que conozca algo de historia no ignora que las grandes conmociones sociales son imposibles sin el fermento femenino. El progreso social puede ser exactamente medido por la situación social del sexo bello”. (Karl Marx carta a Kugelman 12 de diciembre de 1868) Y Engels escribió que “la emancipación de la mujer no se hace posible sino cuando esta puede participar en gran escala, en escala social en la producción, y, el trabajo doméstico no le ocupa sino un tiempo insignificante. Esta condición sólo puede realizarse con la industria moderna, que no solamente permite el trabajo de la mujer en vasta escala, sino que hasta lo exige y tiende más y más a transformar el trabajo doméstico privado en una industria pública” (El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado)

Expuesto todo lo anterior reiteramos la participación de las mujeres en los sindicatos en forma activa y proponemos luchar por:

1) A igual trabajo, igual salario.
2) Guardería, jardín de niños y escuelas primarias gratuitos en cada colonia, barrio y localidad, bien dotadas y subsidiadas por el gobierno bajo control de profesores, padres y organizaciones sindicales.
3) Derecho a guardería gratuita para cualquiera de los padres, decidido por ellos.
4) Licencia de un año por maternidad para cualquiera de los padres, decidido por ellos, recibiendo el 100 % de salario real.
5) Legalización total del derecho al aborto, gratuito y a cargo del Seguro Social.
6) Creación de centros de planificación familiar y atención sexual a la juventud, en todas las colonias y zonas del país.
7) Abolición de todas las leyes laborales o penales discriminatorias para la mujer.
8) Lavanderías, comedores públicos y otros servicios básicos baratos a cargo de las delegaciones políticas en el DF y los ayuntamientos en el resto del país.
9) Comités de fábrica y secciones sindicales que asuman la lucha contra la persecución sexual.
10) Por un divorcio gratuito y sin trabas burocráticas.
11) Por la expropiación bajo control obrero de los bancos, las fabricas, los latifundios, las cadenas comerciales y el transporte.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario

Grupo Promotor