20090723

¿Y LOS MAESTROS DONDE ESTÁN?

Por Celina Soriano FloresS


En medio de las serias deficiencias e insuficiencias en la conducción que requiere la educación del país, la SEP ha otorgado a la dirección del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación facultades excesivas no sólo para definir políticas educativas sino también para fijar orientaciones pedagógicas. El aporte sostenido de profesores en servicio, de especialistas y de investigadores a la educación del país ha quedado excluido por los intereses políticos coyunturales del gobierno federal y la burocracia sindical.

Desde 1993 Y mediante reformas constitucionales fragmentarias se ha establecido una educación básica obligatoria de doce grados: tres de preescolar, seis de primaria y tres de secundaria. Elaborar una reforma curricular integral de esos tres niveles requiere mayor fundamentación y deliberación para determinar los propósitos, niveles y modalidades de una nueva educación básica que mejor convenga al país

El diseño curricular "por competencias" está sujeto todavía a un intenso debate internacional e implica desafíos pedagógicos y didácticos para los que no parece haber ninguna previsión.

La interpretación del concepto de competencias ha sido distinta entre las áreas y a menudo se ha reducido a indicaciones orientadas hacia la obtención de calificaciones. Aunque el enfoque pretende reforzar aspectos formativos, ha colocado a los maestros ante la falsa disyuntiva entre desarrollar competencias o promover la apropiación significativa de contenidos.

La decisión política de disponer una reforma curricular en plazos perentorios desata un proceso que promete desmembrar, antes que articular, a la educación básica. La elaboración de los materiales para la reforma (programas, guías, libros y medios) requiere una coordinación general de equipos interdisciplinarios con la capacidad y el tiempo de vigilar la articulación del proyecto dentro de cada ciclo y a lo largo de los tres niveles. El proyecto actual se realiza, en cambio, bajo presión y de manera desarticulada entre diversas comisiones, dependencias públicas y empresas privadas, sin que la SEP asuma la responsabilidad de garantizar su calidad y consistencia conjunto de libros oficiales para primaria, que proyecte un alto nivel cualitativo, provea un marco nacional común e integre la dimensión intercultural para todos.

Sólo la SEP puede garantizar que este material básico sea elaborado por los mejores equipos interdisciplinarios nacionales, con base en los resultados de investigación y los avances actuales de las ciencias correspondientes.

La elaboración de libros de texto oficiales para primaria ha contribuido de manera fundamental al cumplimiento del mandato constitucional de garantizar una educación primaria gratuita y universal a todos los niños y niñas de México. Si bien es necesario enriquecer los materiales educativos con nuevos y variados recursos didácticos, culturales y tecnológicos, sigue siendo indispensable proveer un conjunto de libros oficiales para primaria, que proyecte un alto nivel cualitativo, provea un marco nacional común e integre la dimensión intercultural para todos.

La elaboración de un currículo nacional para el nivel básico requiere considerar la diversidad sociocultural del país de tal manera que garantice la equidad y la calidad de la enseñanza para todos, y a la vez prevea las necesidades de las distintas modalidades organizadas para lograrlo. En las condiciones actuales, un creciente número de docentes y escuelas (multigrado, migrantes, telesecundarias, entre otros) deben cumplir con los requerimientos de programas curriculares diseñados para planteles con una organización completa" y mayores recursos materiales y docentes. Los maestros y los equipos que intentan innovar para responder a las necesidades de las poblaciones atendidas en estos casos enfrentan normas y evaluaciones externas que ignoran su especificidad. El plan de estudios.

Al tratar de imponer a toda costa la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), la mafia derechista en el poder removió al México profundo, dando paso a un nuevo oleaje de protestas y movilizaciones populares en defensa de los derechos laborales y sindicales del magisterio nacional, así como en defensa del derecho social a la educación de todos los mexicanos.

El rechazo al proyecto neoliberal educativo, pactado cupularmente entre el Gobierno Federal y la dirección del SNTE, surgió antes de que dicho proyecto acabara de anclar en la práctica educativa nacional Y surgió, incluso, desde sectores sindicales aparentemente aletargados, generando la ira del gabinete federal espurio, que no dudó en recurrir a la fuerza del ejército y de los cuerpos policíacos, en un intento por evitar el fracaso de su proyecto y enviar un mensaje intimidatoria los maestros y, de paso, a otros movimientos sociales y políticos democráticos del país, como lo mostró claramente la brutal represión militar y policíaca de que fueron objeto el magisterio morelense y la población civil de Xoxocotla Morelos, durante los días de octubre.

Pero ni la represiva e ilegal intromisión del ejército en la vida civil, ni la violenta actuación de las policías federal y estatal, ni la desvergonzada práctica corruptora de la cúpula del SNTE, lograron contener este ciclo de protestas sociales renacidas en la tierra de Zapata y Jaramillo; ciclo que hoy se extiende a nuevas entidades del país, potenciando el descontento, la organización y la experiencia de lucha social, política y sindical de los trabajadores y el pueblo.

De ahí que miles de maestros, padres de familia y ciudadanos, hayan decidido tomar calles y plazas en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Puebla, Querétaro, Morelos, Cd. Juárez y otros puntos del país, y hayan decidido elevar su protesta en la capital de la República, a fin de detener este nuevo ataque al magisterio y al carácter público, laico y gratuito de la educación, que ahora se pretende subordinar por completo a las necesidades del gran capital e, incluso, degradarla a simple mercancía.

Con la imposición de la ACE se pretende coronar la ofensiva emprendida, desde hace 25 años por los gobiernos neoliberales, contra el cuerpo docente y contra el derecho social a la educación. Ofensiva que ha pretendido privatizar la educación y modificar el perfil, y la función social, del trabajador docente, mediante la instrumentación de criterios y prácticas lesivas, entre las que destaca la supresión en curso de las normales rurales, que por ello se mantienen en esforzada resistencia.

Los maestros saben que la ACE es un proyecto punitivo y excluyente, porque pretende castigar y marginar todavía más a quienes menos oportunidades tienen, a través de instrumentos académicos, estandarizados y homogenizantes, cuyo único fin es el de fomentar el colonialismo interno, así como la competencia y el individualismo propios de la fracasada modernidad capitalista.

Los maestros siguen resistiendo y por eso ahora nuevos sectores sindicales y sociales se incorporan a la lucha contra la ACE, contra la reforma a la ley de ISSSTE, y por la democratización del SNTE, a pesar de la represión y de la grotesca campaña mediática, de satanización y desprestigio, que juntos el gobierno federal y el duopolio televisivo han orquestado en su contra, tratando de difundir la ridícula idea que la lucha del magisterio tiene como fondo el libre tráfico de plazas, cuando dicha práctica es privativa de la dirección del sindicato.

Por eso los maestros de Morelos, y de todo el país, están en condiciones y obligados a seguir avanzando en la lucha por el cumplimiento de sus justas demandas, pues la crisis financiera mundial y la recesión económica de los EE.UU., han evidenciado el agotamiento del modelo de acumulación neoliberal, así como la vulnerabilidad política de los Estados y gobiernos que impuso dicho modelo, abriendo la posibilidad de que la política neoliberal sea derrotada y se produzcan cambios profundos en nuestro Pals.

No por nada el gobierno mafioso de Felipe Calderón se vio obligado a recular en su proyecto privatizador, frente a las exigencias del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo (MNDP), a pesar del pacifismo bien intencionado y calculado de sus dirigentes. Pero la retirada gubernamental resultó engañosa, porque los legisladores del PAN y del PRI, en complicidad con algunos legisladores del PRO, se reservaron la posibilidad de concesionar lotes extensos de nuestro territorio, para su explotación a manos de particulares, poniendo en riesgo nuestra soberanía; como lo denunció certeramente Andrés Manuel López Obrador, desmarcándose de la izquierda institucional colaboracionista.

Desde luego, las exigencias del MNDP surtieron efecto porque fueron planteadas, en las calles y plazas del país, en el marco de una crisis de legitimidad política del gobierno federal, así como de una crisis económica, alimentaría, energética y de seguridad que ha profundizado la desigualdad, la corrupción y la violencia, a niveles nunca antes vistos, creando condiciones que podrían propiciar nuevos estallido sociales, pacíficos y violentos, en nuestro país.

Estas condiciones tienden a favorecer la lucha de las diversas agrupaciones campesinas, sociales y sindicales del país para incidir en la política presupuestaria y acelerar la desarticulación del modelo neoliberal; pero se requiere que la acción política no se reduzca a la sustitución de un modelo de acumulación capitalista por otro, ni a la renovación y fortalecimiento del Estado de la Avaricia.

La acción política debe acotar y subordinar al capital (sin perder de vista que la meta es suprimirlo), a la par de ir creando un modo digno y justo de producir y reproducir nuestra existencia humana, a través de proyectos comunitarios, autonómicos y autogestivos, que - ciertamente- apenas servirán para paliar nuestras necesidades básicas, pero nos permitirán ir construyendo nuevas relaciones políticas, hasta consolidar un nuevo poder del pueblo y para el pueblo.

Pero no olvidemos que los varones del capital jamás se quedan con los brazos cruzados ante la posibilidad de perder sus privilegios. Y que, con todos los recursos a su alcance, reorganizan y capacitan a sus huestes -ahora bajo los dictados de la Iniciativa Mérida- para reprimir a los movimientos sociales y políticos, y evitar su crecimiento y articulación.

Asumimos que la contienda social profunda no se reduce a la organización de un acto único, excepcional y violento, del cual resurge la patria, liberada repentinamente de todas sus cadenas; la pugna social es una actividad práctica transformadora y permanente, que va quitando cadenas y superando cautiverios, y cuyo espacio propio es el de la cotidianidad y el de la construcción de relaciones verdaderamente humanas; lucha social es una actividad libre, consciente y voluntaria, pero que no elude cobardemente la resistencia inevitable.
Por ello llamamos a fortalecer la resistencia y la lucha social y magisterial, así como el conflicto popular por la realización práctica y cotidiana de un nuevo proyecto de nación: elevando nuestro nivel de organización y de conciencia, reorientando nuestra práctica cotidiana con base en los principios y las metas de lucha, impulsando la articulación fraterna y solidaria entre individuos, organizaciones y movimientos sociales diversos, y elaborando estrategias que nos permitan recuperar y defender las conquistas históricas y sociales del pueblo mexicano.




S CECyT "Luís Enrique Erró Soler" del Instituto Politécnico Nacional

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