20090723

CRECIENTE DETERIORO DE LOS SALARIOS

Por Ma. Estela Martín MartínS

Los trabajadores transfieren ganancias extraordinarias a los empresarios por medio del deterioro generalizado de sus salarios. El mecanismo que utilizan empresarios y la actual administración para presionar a la baja las remuneraciones de los trabajadores de país, consiste en imponer un tope a las minipercepciones de acuerdo con la inflación estimada anual calculada por el gobierno, es decir, el salario mínimo funciona como un referente a la baja. El resultado de esta política es que los salarios se encuentran en permanente regazo respecto a la inflación, deteriorando el poder adquisitivo de los trabajadores:

Si consideramos los aumentos nominales de los salarios del conjunto de los trabajadores y los aumentos que tuvo la Canasta Básica Indispensable (CBI), entre 1994 y 2007, tenemos lo siguiente: mientras que el salario mínimo general aumentó 263.9% las remuneraciones manufactureras 311.2%, los salarios medios del IMSS 321.5%, las remuneraciones de los establecimientos comerciales 355%, las remuneraciones de la industria de la construcción 323.5% y los salarios contractuales 257%; la CBI de 40 productos se incrementó 706.2%. Si tomamos en cuenta los incrementos por producto tenemos que la tortilla aumentó 1,048%, el gas 760.9%, el pan blanco 753.3%, el metro 525%, las galletas saladas 499.7%, la harina de trigo 484.2%, el limón 478.3%, la leche 469.8%, la sal 468.1%, el pesero 403%, el huevo blanco 380.1% y el frijol 338.8%, entre otros.

El salario mínimo general perdió el 79.4% en términos reales, es decir, en su poder adquisitivo, durante 1976 y 2007, al llegar a su máximo histórico en 1976, al ubicarse en 53.2 pesos al día, para desplomarse hasta los 11.4 pesos diarios en 2007 a precios de 1994, los salarios contractuales perdieron el 55.8% de su poder adquisitivo, al ubicarse en 50.1 pesos diarios en 1982, para llegar a 22.1 pesos en 2007; las remuneraciones manufactureras se deterioraron 27.4%, al situarse en 130.8 pesos diarios en 1982, para alcanzar 94.9 pesos en 2007; las remuneraciones de la industria de la construcción perdieron 36% de su valor, al alcanzar 63.5 pesos al día en 1982, para ubicarse en 40.6 pesos al día en 2007; y los salarios medios del IMSS se erosionaron en 36.4% debido a que alcanzaron los 74.1 pesos diarios en 1982, para llegar a 47.1 pesos en 2007, también a precios de 1994.

El Banco Mundial (BM) señala que cada trabajador debiera estar en condiciones de adquirir cerca de tres Canastas Básicas como mínimo. El organismo establece una Canasta Básica tomando en cuenta a dos personas por familia, mientras que en México se considera que esta debería cubrir las necesidades de una familia compuesta promedio (de cuatro a cinco personas).

Es importante destacar que según estimaciones de la UOM, de la devaluación de diciembre de 1994 al mes de diciembre de 2007, el salario mínimo en México solo pudo comprar 20.2% de la CBI, es decir, el minisalario no alcanzaba para adquirir siquiera una canasta por trabajador. Para que el minisalario estuviera al nivel de diciembre de 1994, necesitaba de un aumento no menor del 394.3%, ya que se requirieron 4.9 salarios mínimos para adquirir una CBI.

Esta situación es muy preocupante si consideramos que, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, de una población ocupada de 42.9 millones (en la economía formal e informal) en 2007, no recibieron ingreso por su trabajo 3.9 millones de ocupados, percibieron hasta un salario mínimo 5.2 millones de personas, ganaban de uno a dos minisalarios8.6 millones de personas y recibieron de dos a tres salarios mínimos 9.2 millones de personas. Sumados estos grupos, arrojan un total de 26.9 millones de ocupados que percibieron hasta tres salarios mínimos o no recibieron ingresos por su trabajo. Ello significa que 26.9 millones de trabajadores (62.7% de la población ocupada) no pudieron acceder a una CBI. Si consideráramos que éste grupo de ocupados hubieran recibido un aumento del 394.3% para poder adquirir una CBI, de cualquier manera no estarían en condiciones de acceder a otros satisfactores básicos como educación , vivienda, salud, vestido e incluso, cultura, como lo establecen la Constitución y la Ley Federal de Trabajo.

La contención de los salarios que inhibe el crecimiento del mercado interno se inscribe en un modelo económico que mantiene una política de estancamiento, relacionada ésta con una restricción monetaria y fiscal que frena la inversión productiva debido al encarecimiento del crédito y por el retiro del Estado de la economía, que se traduce en la ausencia de una política industrial y avícola que dinamice el mercado interno; así como una abrupta apertura comercial, que junto que junto con la sobrevaluación, cambiaria, pone en severa crisis a los productores nacionales por la competencia desleal del exterior y por el encarecimiento de las exportaciones mexicanas, resultado de un peso sobrevaluado.

Incluso en el actual contexto de desaceleración y posible recesión estadounidense, que desalienta al sector exportador mexicano por el previsible desplome de las exportaciones y el ingreso de IED, el gobierno de Calderón no sólo mantiene tal política, sino que la endurece, a pesar de que según sus propias estimaciones, en 2008 se crearán 136 mil empleos menos que en 2007, que el Producto Interno Bruto (PIB) en el presente año crecerá sólo 2.8%, y que, además, el bajísimo crecimiento de la economía significará una caída de los ingresos tributarios de por lo menos 10 mil millones de pesos. El gobierno federal mantiene la austeridad del gasto público, impuso junto con empresarios y sindicatos corporativos un tope salarial a los mínimos del 4% en diciembre de 2007, se opone a renegociar el capítulo agropecuario del TLC-AN, que somete al país a los designios del mercado por la creciente dependencia alimentaría con Estados Unidos y, además, el Banco de México anunció que con el fin estimular la actividad económica, no flexibilizará la política monetaria para bajar las tazas de interés.

En una economía orientada a la exportación del mercado globalizado, los salarios de los trabajadores ya no son proyectados como elementos de la economía que a través de su poder adquisitivo dinamizan el consumo, la inversión, la producción, el empleo y hasta el pago de impuestos, mucho menos son utilizados como instrumento para elevar el nivel de vida de la población y mejorar la distribución del ingreso; contrariamente, el modelo económico concibe los salarios como costos de producción que abaratan o encarecen los de la empresas.

LOS SALARIOS, EN REGAZO PERMANENTE RESPECTO A LA INFLACIÓN.


CONCEPTO
AUMENTOS NOMINALES
1994-2007
Salario mínimo general
236.9%
Remuneraciones manufactureras
311.2%
Remuneraciones de la Industria de la Construcción.
323.5%
Salarios medios del IMSS
321.5%
Remuneración de Establecimientos Comerciales
355.0%
Salarios Contractuales
257.0%
Costo Total de la Canasta Básica de 40 productos
706.2%





PRODUCTOS DE LA CANASTA BÁSICA.
[1]

CONCEPTO
AUMENTOS NOMINALES
1994-2007
Tortilla
1,048.09%
Gas
760.91%
Pan Blanco
753.33%
Metro
525.00%
Galletas saladas
499.73%
Harina de trigo
484.25%
Limón
478.33%
Leche
469.81%
Sal
468.18%
Gasolina Magna Sin
418.81%
Pesero
403.03%
Huevo Blanco
380.13%
Aspirinas
357.77%
Fríjol
338.86%
Aceite
316.26%
Ejotes
293.96%
Bistec
274.97%
Arroz
268.19%
Café Soluble
242.07%

S Secretaria General de Sección 14 de SNTSEMARNAT
[1] referencia de hoja obrera marzo 2008

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